Italia, esperan que lleguen más de 20.000 inmigrantes hasta final de septiembre.

En Italia los centros de acogió ya están en colapso.

El ministerio del Interior italiano da la voz de alarma: Se esperan que lleguen más de 20.000 inmigrantes hasta final de septiembre. Solamente ayer fueron salvadas del naufragio diez viejas embarcaciones con un total de 3.000 inmigrantes. Tres mujeres, una de ellas embarazada, murieron durante la travesía. Hoy se conocen nuevos detalles sobre la enésima tragedia anunciada que se producía ayer con 51 cadáveres asfixiados en la bodega de una barcaza. Murieron por la exhalación de gases de los motores.

«La embarcación era completamente llena, a rebosar. Quien intentaba salir de aquel infierno irrespirable que era la bodega, era golpeado con violencia», ha manifestado uno de los 439 supervivientes, salvados por la nave sueca Poseidon, encuadrada en las operaciones de socorro Frontex de la Unión Europea, que esta tarde llegará a Palermo. Murieron por ser demasiado pobres.

Los traficantes de personas sobrecargan las bodegas de las naves con los inmigrantes que pagan el «billete» más económico. Sin aire puro, con falta de agua y respirando humos venenosos, la muerte en la bodega se convierte en tragedia corriente en muchas travesías. Así ocurrió también el 17 de agosto, cuando 49 cadáveres fueron encontrados la bodega de un viejo pesquero, en un espacio de poco más de 20 metros cuadrados y 1,20 metros de altura.

En ese mar dantesco en que se ha convertido el Mediterráneo, los «privilegiados» son los sirios, porque en general son los que más dinero disponen y pueden hacer la travesía en mejores condiciones. Viajan así en el puente o en el exterior de las embarcaciones, cuyo precio es notablemente más alto. Los precios que suelen pagar los sirios oscilan entre los 500 dólares por un niño a los 3.000 por el padre.

Por su parte, los inmigrantes subsaharianos deben hacer frente a un cierto racismo de los traficantes de personas, que reservan para estos desesperados del sur las peores condiciones de las barcazas, con precios que oscilan entre 750 y 1500 dólares. Muchas veces terminan haciendo el viaje en la bodega de los viejos pesqueros, un lugar entre 15 y 20 metros cuadrados donde los pescadores libios almacenan su pesca, un puesto con grave riesgo que se convierte a menudo en una trampa mortal, por la falta de aire y gases nocivos.

Según datos del ministerio del Interior, hasta el día de hoy han llegado 112.000 inmigrantes a las costas italianas. Los centros de acogida están cerca del colapso y se analiza la posibilidad de ocupar con refugiados viejos acuartelamientos y excárceles.