¿Sabías cómo te puedes relajar y estar bien?
El cuerpo es fascinante y hace cosas más complejas de las que
creemos. Incluso es responsable de lograr sensaciones que, a veces, creemos son
solo -digamos- espirituales. Pero la verdad es otra: nuestro cuerpo quiere que
nos sintamos relajados. Es decir, el cuerpo demanda que nos dediquemos a
meditar de una u otra manera.
Me explico: meditar, respirar, o llevar las cosas un poco más
lentas no son actividades para un tipo de persona, son en realidad necesarias
para todos. Nuestro sistema nervioso es el que se encarga de ello -de relajarnos, entre otras cosas- y de
hecho tiene un nervio especial:
Sí, vago. Se llama así porque es el nervio del relajo, de la
chorreadera. Tiene el fin de tenernos en
otro mundo, uno lejano al estrés del día a día. Lo irónico es que tenemos que
fortalecerlo para que haga su chamba.
También se llama nervio de la compasión, pues es el encargado
de hacer que nuestra panza se revuelva cuando alguien nos abraza, o que no sé,
pues… te sientas más… calientita. Como en casa. En fin, como te decía, hay que
trabajarlo y no es tan difícil: no necesitas pesas, ni pagar mil lucas en un
gimnasio.
Aquí unos tips
Pasa un
rato con bebés. No vayas a un hospital y te pares ahí a ver bebés; eso
sería raro. Pero si tienes un sobrino, un primo, el hijo de tu amiga, el de tu
flaco… juega con él o ella de vez en cuando. Tener a un bebé junto a ti activa
al nervio vago. Los niños tienen lo suyo. Son hermosos y te ponen de buen
humor.
Tararea. De pronto es mejor que hagas esto a que cantes en la
ducha. Tararear manda vibraciones al nervio vago y lo activa. Por ende, te
relaja. Es su droga.
Disfruta del momento en el que estás. Sonríe. Siempre hay
motivos para hacerlo. Si estas en la playa, por ejemplo, sonríe porque estás en
un lindo lugar. Disfruta. No te mates pensando qué vas a comer después.
Disfruta de la arena y del agua. Sino estás en la playa, igual. Disfruta de la
compañía y de tu sonrisa.
Lávate la
cara con agua fría. Esta es la más fácil de todas. Seguro que lo haces
todos los días. ¡Pues bien! Te estás relajando.
Respira profundo. Tómate dos o tres minutos. ¡No es nada en
comparación a todo un día! Son solo dos minutos. Observa cómo se mueve tu
panza.
Habla. Y
mucho. Pero procura no caer pesada, no más. Ja. Hablar activa
al nervio vago, pues está conectado a las cuerdas vocales.
Eso. Espero te sirva. La vida es mucho más que estar de un
lado a otro.
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¿Sabías cómo te puedes relajar y estar bien?
Reviewed by Maya
on
jueves, febrero 18, 2016
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